sábado, 2 de junio de 2018

LA MUJER BAJO EL FRANQUISMO - Manuela Carpio Martínez.


LA MUJER BAJO EL FRANQUISMO.



La mujer bajo el régimen franquista era considerado un ser inferior al hombre. Alguien que tenía que obedecer a las órdenes de su marido y conformarse con los límites que esa sociedad le había impuesto. Según el nacionalcatolicismo, el ideal femenino era el de la mujer sumisa, hija, esposa y madre, condenada a la domesticidad.
La represión franquista construyó a las mujeres como sujetos desiguales a los hombres y las excluyó totalmente de la ciudadanía.


Un texto de la época refleja esa mentalidad así: ''El organismo de una mujer está dispuesto al servicio de una matriz, mientras que el organismo de un hombre se dispone para el servicio de un cerebro.''

La libertad de expresión para las mujeres estaba penada, al igual que el adulterio. Estaban constantemente sometidas a un régimen que las ahogaba, donde no podían ser ellas mismas si no un mero símbolo que estaba ahí por y para su marido.
El bombardeo ideológico por parte de licenciados de esta época era constante, pues aprovechaban su posición de poder para convencer al pueblo de que la mujer había sido creada para ser madre de familia, que si el hombre es un sexo, un músculo y una inteligencia, la mujer es un sexo, un vientre y un corazón.
No podían pertenecer a ninguna entidad política porque se las tachaba de poco profesionales y de no aptas para ese puesto, y Delgado Capéans lo dice así en su libro ‘La mujer en la vida moderna’: ‘Es verdad que hay gobernadoras, diputadas, alcaldesas; podemos afirmar que esas alcaldes y gobernadoras no son más que figuras decorativas; los discursos, los proyectos de ley, las hondas resoluciones, los estudios profundos de alta economía son obra de sus esposos, si son casadas, y si solteras, de sus secretarios o consejeros. La oratoria de las senadoras, diputadas, etc., es casi siempre sencilla. Les falta nervio, fuerza, robustez de pensamiento, dominio del auditorio y hasta voz varonil".

No hay que olvidar los estragos por los que una mujer pasaba si desafiaba las normas que le eran impuestas, y se utilizaron medios de violencia contra ellas por el mero hecho de ser mujeres. Violaciones, torturas, rapados de pelo, separación de madres de sus hijos…
Y es que la cultura de la violación estaba más que normalizada bajo el régimen franquista, pues incluso la propaganda franquista la apoyaba, citando que si la mujer no tenía ganas de practicar sexo con su marido, debía hacerlo porque su única misión era complacerle.

Existe una ‘Guía de la buena esposa’, escrita por la hermana de Primo de Rivera, Pilar Primo de Rivera, quien vivía bajo la alienación de la época. (https://www.taringa.net/posts/info/16640079/Guia-de-la-Buena-Esposa-de-1953.html)








No hay comentarios:

Publicar un comentario