VLADIMIR PUTIN, EL NUEVO ZAR BLANCO
Nacido el 7 de octubre de 1952 en el seno de una familia obrera en Leningrado (hoy San Petersburgo), nada hacía presagiar que Putin acabaría ocupando la cima del poder. Graduado en Derecho, trabajó en el KGB como agente de inteligencia exterior. Tras el desmembramiento de la URSS, se reinventó como asesor para relaciones exteriores del nuevo alcalde liberal de San Petersburgo y luego comenzó un ascenso fulgurante. En 1996 fue requerido para trabajar en el Kremlin. En 1998 fue elegido director del FSB —que sustituyó al KGB—, y un año después fue nombrado primer ministro por el presidente Boris Yeltsin. Algunos en el círculo de Yeltsin creían que podrían manipularlo fácilmente, pero él ya estaba metido de lleno en restablecer la autoridad del Estado formando un "poder vertical" dependiente únicamente de él. La guerra de Chechenia, lanzada en octubre de 1999, supuso la dimisión de Yeltsin ese año, Putin ya se había impuesto como el nuevo hombre fuerte del país. Tras ser elegido en 2000, Putin aceleró su influencia apoyándose en las "estructuras de fuerza" (servicios secretos, policía, ejército) y en sus familiares de San Petersburgo.
Vladimir Putin lleva 18 años imponiendo su autoridad en Rusia y marginando a la oposición, en medio de tensiones con Occidente sin precedentes desde la Guerra Fría. Muchos rusos consideran que con Putin el país ha recuperado su grandeza aunque sus detractores lo acusan de la falta de derechos humanos y libertades que hay bajo su mandato. En el plano internacional, ha tenido que lidiar con tres presidentes de Estados Unidos y provocó una nueva oposición de Moscú con Occidente, al arrebatarle Crimea a Ucrania y luego lanzar una intervención crucial en Siria en apoyo al régimen de Bashar al Asad. "Nadie quería hablarnos, nadie quería escucharnos. ¡Escúchennos ahora!", lanzó durante su último gran discurso, a principios de marzo. Putin intenta restaurar la influencia de Rusia en el mundo, deteriorada tras la caída de la Unión Soviética y los años caóticos bajo el mandato de Yeltsin. " Esto es una lucha paciente y obstinada, al acecho de cualquier síntoma de debilidad del adversario", explicaba en 2013 el mismo Putin. Esta técnica le ha resultado exitosa en Siria, donde el apoyo ruso al régimen de Damasco desde 2015 supuso un giro radical en el rumbo de la guerra.
Un año antes, Putin quiso ser el restaurador de la "gran Rusia" al anexionar la península ucraniana de Crimea, tras un referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional. Esa operación mejoró su imagen en casa, pero desató la peor crisis con Occidente desde el fin de la Guerra Fría.
Putin, de 65 años, ha investido como presidente por cuarta vez, tras haber ganado la elección del 18 de marzo con más del 76% de los votos. Así, podrá permanecer en el poder hasta 2024, cuando cumpla 72 años.
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